Arquíloco y Aquiles olvidados

"No se puede la vida del hombre recuperar, ni comprar, una vez pasa la barrera de los dientes"(Aquiles, Ilíada 9,408)
El escudo que arrojé de mal grado en un arbusto,
soberbia pieza, ahora lo blande un tracio;
pero salvé la vida. ¿Qué me importa el escudo?
Otro tan bueno puedo comprarme.
(Arquíloco,traducción Ricardo Sánchez Ortiz)

ARQUERO

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miércoles, 15 de junio de 2011

15M: catarsis y misiones pedagógicas

La Victoria de Samotracia

Resulta que la iniciativa pilló a algunos por sorpresa,sobre todo periodistas del régimen, que a pesar de lo que parece se enteran siempre en los últimos momentos; y he ahí que se quedaron como de observadores y tomaron distancia del asunto hasta asaltar la “apariencia”; pues bien, sólo asumiendo que la política es un algo construido a intención, en busca de efectos, para provocar impresiones, sólo asumiendo la “apariencia” podremos combatir la realidad política; casi siempre en el siglo XXI ya no se trata de exposición retórica de ideas, sino de “imitación” de las tesis contrarias, aunque parezca una tontería; cuántas veces hemos pensado, los oyentes, no los periodistas, que ciertas ideas de uno se parecen, o parecían o parecieron a las ideas del otro? Por ejemplo: la similitud entre "las misiones pedagógicas" republicanas, que venían de 1900, y las cátedras ambulantes franquistas. 
Estoy hablando de estética filosófica, pero no difusa, sino que tiene nombre y apellidos, como los corruptos; “no existe la corrupción” sino los corruptos; se aboga por la “acción invasiva” pacífica de la subjetividad; no hay otro camino; voluntad e inteligencia para sortear a los manipuladores; hay que pasar al otro lado por encima de ciertos sujetos, pero mediante una transición anónima y pacífica que resulta imposible; esto es lo difícil. Se confunde la patria con el cómo se debe hacer política, por aquello de que nadie puede tirar cantos a su tejado; no nos engañemos, aquí se trata del “sistema español”; aquí lo que sobran son dinosaurios, deben dejar la patria a otros, tan patriotas o más como ellos, y esto no tiene en principio nada que ver con la edad.
Hay, empero, otra noción de patria. No la tierra de los padres, decía Nietzsche, sino
la tierra de los hijos. Patria no es el pasado y el presente… Es algo que todavía no existe…» Si a alguien le mueve la curiosidad, que se lea el capítulo del Zaratustra “del país de la cultura”,ahí se habla de máscaras, de patria,del falso presente, una tremenda prueba…
Al 15M le falta un gesto, un gran gesto, para producir ciertos efectos, para no convertirse en estampas; asumamos que la realidad no es tal, y que no se puede ser tan real para luchar pacíficamente contra el poder, porque los que acampan no dejarán de ser nómadas, o de tener una misión que se parece a un remedio temporal.
  Para no quedar neutralizado el 15m hay que tener en cuenta una serie de indicaciones sobre su "efecto"; para ello, no voy a poner un remedio, sino un pequeño estudio de lo que significa la "catarsis" para Aristóteles:
En La Poética el plano esencial es semejante al plano fenoménico, que se resuelve en la mera composición; el potencial de la tragedia es la acción representativa y la forma artística es la forma estilística. Si el efecto se pudiera trasladar al exterior, en el sentido de que la propia composición lo permitiera, desmarcándose del plano esencial, se podría interiorizar el pensar del sujeto y lo que se ve; la pasión daría paso a la reflexión; en cambio, de lo que se trata es de un remedio medicinal: su labor consiste en extraer pasiones como quien extrae muelas, para que éstas no duelan, la labor de ir al teatro se convierte en purificarse de dolores; el efecto sale disparado al quedar el espectador en suspenso viendo eso con temor, y como algo que a veces da naúseas. Es como cuando los niños meten el dedo en un enchufe: se les ponen los pelos de punta y se produce una descarga necesaria, para que el cuerpo mantenga su equilibrio biológico.
   Una especie de deleite al ver las pasiones bien imitadas es lo que le hace al espectador purgarse de las mismas; al ver acciones horrorosas y tremendas se sobrecoge y se lo piensa dos veces antes de dejarse llevar impetuosamente por las pasiones; al ver fuera de él eso, lo adscribe a un origen ajeno y de ahí vendría el alivio. La tragedia, como dice Charles Batteux[1], “Quita ese grado excesivo o esa mezcla de horror que nos desagrada. Aligera la impresión y la reduce al grado y a la especie en que ya no es más que un placer sin mezcla de dolor, porque, a pesar de la ilusión del teatro, en cualquier grado que la supongamos, el artificio cala y nos consuela cuando la imagen nos aflige, nos tranquiliza cuando la imagen nos aterra”. Aunque el 15M no aterroriza por supuesto, sus efectos parecen ser semejantes a una descarga de responsabilidades, temores,resignación,impotencia...Otra cosa será cuando se materialicen las iniciativas, esa es la gran prueba.
[1] De la edición de Gredos: edición trilingüe de García Yebra,Valentín, Madrid, 1974. pág.370. Edición usada  para los textos."

lunes, 13 de junio de 2011

dermoestética

Los camellos y los hombres llevan la misma carga; la psicología tiene cierto poder, muy intenso asociado con el cuerpo; agitación de la antigüedad; alguien se proclama Rey en un Reino; otros hechos no se pueden probar;  pero el fanatismo del baustista es difícil. Uno que demuestra con su vida lo que otros han dicho que se cumpliría, es un títere. Cuando en su tierra le ponen a prueba de lo que creen una hechicería echa mano recurre al concepto de tentación, no se puede tentar la suerte ni a nadie; las cosas deben de seguir su curso; y la cosa queda en empate psicológico. Sólo se puede apelar a la bondad de los desconocidos. Hasta que un grito despierta a Lázaro y una tormenta se desata, el ciego parece ver y unos replicantes proclaman la mediación del héroe…la apariencia y la verdad confrontadas, los pobres y los ricos en el reproche de Judas cuando ungen al héroe para la sepultura con un ungüento demasiado valioso. Hoy día sería un milagro de la “corporación dermoestética”, una marca que se convierte en un icono. Una identificación, una catarsis en la que se quiere apropiar del objeto, al contrario que la catarsis trágica y pagana; prueba de ello es la subversión en el templo, no complacerse en sangre de bueyes y machos cabríos que escribas y fariseos proclaman en la práctica; el pueblo está con él pero no luchará por él; al final triunfa la catarsis trágica. Al final aman al que da muerte al héroe y se salvan por ello, es la resignación, la revolución que se anula; el consuelo de los siglos.
(crítica basada en la película "La historia más grande jamás contada".)